El coronavirus tiene en jaque al mundo entero y por eso las autoridades de cada país tomaron medidas preventivas para evitar la propagación del virus que ya se cobró cerca de 5.000 víctimas. También afecta, desde luego, a las actividades culturales y eventos deportivos.
La Copa de la Superliga comenzará este fin de semana y no habrá inconvenientes con ello. Aunque hay un asterisco no menor: Horacio Rodríguez Larreta anunció que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los sucesos del mundo del deporte se llevarán a cabo sin público. Los afectados son River (recibirá a Atlético Tucumán este sábado) y Huracán (enfrentará a Talleres en Parque Patricios el domingo). El resto de los cotejos tendrán hinchas en las tribunas, a menos que los directivos de cada distrito decidan modificar algo al respecto.
Por otro lado, el fútbol europeo ya se vio afectado hace tiempo. En Italia se tomaron fuertes medidas hace dos semanas, cuando se postergó la fecha; el pasado fin de semana, los encuentros fueron con las gradas vacías. Ahora se volvió a suspender la actividad, dado que el país está en cuarentena y los planteles ni siquiera se reúnen para entrenarse. Para colmo, Daniele Rugani, defensor de Juventus, dio positivo tras los exámenes de COVID-19.
España asumió la responsabilidad de igual forma. Este martes se disputó en Valencia un duelo del local ante Atalanta por la Champions League -sin público-, pero durante las próximas dos semanas no habrá espectáculos deportivos, con lo que el Barcelona de Lionel Messi no tendrá acción, lógicamente. Esto viene acarreado desde la decisión de Real Madrid, club que decidió aislar a sus planteles de fútbol y básquet, por un caso positivo.
Rudy Gobert, pivote francés, recibió malas noticias luego de realizarse exámenes preventivos y por eso la NBA suspendió por tiempo indefinido su temporada regular, en una medida histórica.
El tenis también fue noticia esta semana, cuando Indian Wells anunció que se cancelaba la edición de este año y que no cabría una reprogramación por el ajustado calendario de la ATP y la WTA. El Masters 1000 de Miami va por ese camino. Sucedería lo mismo con Montecarlo y Conde de Godó.
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