Juan Román Riquelme, flamante presidente de Boca Juniors, quien asumirá en los próximos días, tiene pensado una de sus primeras medidas. El ex futbolista quiere que el predio de Ezeiza se llame Carlos Bianchi, como el entrenador que más le dio a la institución.
La idea del nuevo presidente es que el “Virrey” sea un consejero para los integrantes de la secretaría de fútbol, que lo haga sin horarios y exigencias. En caso de concretarse, Bianchi podría ser una especie de nexo entre los dirigentes y el plantel profesional, con el propósito de que el Consejo de Futbol pueda quedar en sus manos.
Aunque la otra alternativa es que el ex director técnico del club decida él mismo en que área se desempeñará con el fin de aportar su conocimiento y experiencia.
El homenaje al entrenador de 74 años no terminaría ahí, ya que Riquelme tiene intensiones de declararlo como “presidente honorario”, un rol que nunca se otorgó en el club y que imitaría a casos como Alfredo Di Stefano en Real Madrid o Amadeo Carrizo en River Plate.
“Por él empezó todo. Nos acostumbró mal. Con él ganamos todo y para mi es un segundo padre” dijo el el ex delantero en su despedida en la Bombonera el 25 de junio pasado.