A principios de este año una terrible noticia conmocionó al mundo del fútbol y a la Argentina. Emiliano Sala, jugador del Nantes francés, desaparecía mientras se trasladaba en una avioneta sobre el Canal de la Mancha hacia Gales para incorporarse a su nuevo equipo, Cardiff.
Días después, la nave fue localizada y el cuerpo del futbolista argentino pudo ser recuperado. Como parte del procedimiento para esclarecer las causas de su muerte, se le realizó una autopsia y allí empezaron las irregularidades.
Circularon en redes sociales imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, en las que se veía el cadáver del argentino. Aunque las fotos fueron rápidamente retiradas de las redes, ya el daño estaba hecho y se inició una investigación para dar con los responsables de esa filtración.
Fue así que se determinó que los británicos Sherry Bray y Christopher Ashford, directora de una compañía de cámaras de seguridad internas y su empleado, respectivamente, fueron quienes difundieron esas capturas.
De acuerdo con la acusación, Bray envió un mensaje a Ashford antes de que el trabajador iniciara su turno nocturno, diciendo: “Te espera uno simpático para que lo vigiles cuando entres”.
Luego de ver varias veces la grabación de la autopsia, tomaron capturas de pantalla que posteriormente circularon en distintas plataformas sociales.
El patólogo forense Basil Purdue señaló que hubo una “infracción flagrante a la confidencialidad médica”, mientras que el juez encargado del caso, Peter Crabtree, sostuvo que los delitos no fueron motivados por una razón “financiera”, sino que “fueron impulsados por una curiosidad morbosa“, según The Guardian.
Es por eso que tras haber sido encontrados culpables, ahora se conoció la sentencia del tribunal de Swindon: 14 meses de prisión para Bray y cinco meses de prisión para Ashford por haber accedido ilegalmente y filtrar imágenes de la autopsia.
REVIVÍ ACÁ UN EMOTIVO HOMENAJE A EMILIANO SALA: