A poco más de un mes de haberse desatado la guerra entre Rusia y Ucrania, y en medio del horror que el conflicto general, un gesto de solidaridad trajo esperanza y alivio para un grupo de afectados: Keylor Navas, arquero del París Saint Germain y su esposa, Andrea Salas, decidieron alojar a 30 ucranianos en su propia casa en Francia.
El mundo del fútbol también manifiesta su preocupación y decide aportar su “granito de arena” en estos momentos difíciles que se atraviesan en el continente europeo: hace unos días, el exdeportista, David Beckham, había cedido su cuenta oficial de Instagram y Facebook a una médica para mostrar a sus millones de seguidores el trabajo que está haciendo el personal de salud para atender a las víctimas de la guerra
En este caso, el también jugador de la selección de Costa Rica, no dejó a nadie indiferente y, en plena oleada de refugiados que escapan de los bombardeos en la zona de ataque, abrió las puertas de su hogar ubicado en París para albergar a quienes más lo necesitan. El acto de bondad lo realizó al enterarse que la asociación de gitanos del barrio de Gracia de Barcelona partió Cracovia a llevar alimentos y a traer refugiados ucranianos.
La treintena de personas fue acomodada en el cine con el que cuenta su mansión. De esta manera, Navas y Salas, se han encargado de prepararles alimento y han comprado camas para cada uno de los refugiados.