La crisis por el coronavirus obligó a todos los rubros a reacomodarse y, televisivamente hablando, en Italia sucede algo parecido a lo de Argentina. Varios programas se llevan a cabo en vivo, con menos gente en el estudio y muchas videollamadas.
Así se gestó la última emisión de Grande Fratello Vip 2020, la versión italiana de Gran Hermano. Es que la competencia terminó y, como Wanda Nara es panelista, la producción quería tenerla allí. Eso no fue posible porque se encuentra aislada con Mauro Icardi y sus hijos en su casa de Lago de Como, pero además está el padre del futbolista, quien es del grupo de alto riesgo.
En ese contexto, la empresaria salió en el programa gracias a la tecnología. Dio su punto de vista, debatió lo habitual y Alfonso Signorini -conductor del programa- le preguntó por Mauro: “No puede venir ahora, está cocinando”.
Ante la insistencia del presentador, el propio delantero de PSG se acercó a saludar. Y allí Wanda ejerció su rol de representante. Es que escuchó que desde el estudio dijeron algo de Fiorentina y le advirtió a su marido: “Un minuto, pero sin hablar de fútbol”. Icardi se portó bien, no tocó el tema.