En medio de las semanas más turbulentas de Barcelona en los últimos años, el foco está puesto en continuar en la UEFA Champions League, pero también en aprovechar al máximo el próximo mercado de pases.
El objetivo para mitad de año será repatriar a Neymar, en un nuevo intento desde que partió a PSG. Sin embargo, el brasileño no tiene una cláusula de salida y el club parisino puede pedir lo que desee -su intención era recuperar los 222 millones de euros invertidos, suma que el culé no pagará-. Por eso, en agosto se abre una gran puerta.
La FIFA tiene un apartado que ayudará al equipo de Lionel Messi. En el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores figura la obligación de los clubes de aplicar una cláusula de rescisión a los futbolistas una vez cumplidas tres temporadas o tres años (lo que suceda primero), lo que sucederá con Ney en agosto de este año.
Así, Barcelona podría lograr lo que su capitán desea: mejorar la plantilla con un refuerzo de alto vuelo como el astro que brilló en el blaugrana entre 2013 y 2017.
Mirá el video que muestra el malestar de Messi en Barcelona.