Por la ida de la semifinal de la Copa Libertadores, River venció a Boca por 2 a 0, con goles de Rafael Borré e Ignacio Fernández. Pero, claro, hubo polémica.
Iban apenas dos minutos de juego, cuando el colombiano cayó en el área por una presunta infracción. El juego siguió, el Xeneize contra atacó y Franco Armani le ahogó el grito de gol a Emanuel Reynoso. Sí, fueron casi 120 segundos más de un transcurso normal. Pero Raphael Claus, el árbitro del partido, tenía los ojos en el campo de juego y el oído en la cabina del VAR.
Los encargados de la tecnología -con el colombiano Nicolás Gallo a la cabeza- le avisaron al juez brasileño que estaban analizando “un posible penal”. Luego de una minuciosa revisión, invitaron a Claus a ver la jugada, quien accedió y tuvo pocas dudas para sancionar la pena máxima.
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