Julio César Toresani se suicidó en el Predio de la Liga Santafesina de Fútbol. Su depresión se debió a problemas familiares, económicos y laborales. Sin embargo, desde este espacio, optamos por recordar buenos momentos icónicos de su carrera.
Uno de ellos fue el 7 de octubre de 1995, en la Bombonera. Era el regreso de Diego Maradona luego de los 15 meses de suspensión que la FIFA le propinó por el doping positivo durante el Mundial 1994. El partido entre Boca y Colón estaba 0 a 0, cuando Claudio Caniggia le cometió una violenta infracción a Dante Unali. Enseguida, los futbolistas sabaleros se fueron al humo, hubo un tumulto y Francisco Lamolina -el árbitro- recibió quejas por todos lados.
Dos de los que protestaron fueron el 10 y el Huevo, aunque éste último ya tenía amarilla. El juez amonestó al Pájaro, a Diego y a Toresani, que finalmente se fue expulsado, lógico. El show empezó después, en la zona mixta, donde los dos brindaron declaraciones a la prensa.
El jugador de Colón empezó como un fuego: “A mí me echó Maradona. Y lo que diga cuando escuche esto no me importa un carajo. Quisiera tenerlo enfrente, a ver si me dice las cosas como me dijo que después del partido me iba a agarrar. Yo me la banco, lo iría a buscar hasta la casa“.
Claro que el astro no tardó en responder, fiel a su estilo desafiante: “A Toresani le dije en la cancha que yo vivo en Segurola y Habana 4310, séptimo piso. No tengo ningún problema en que me venga a buscar porque estoy cansado de estos ‘de pico’, que de la boca para afuera son todos guapos, pero cuando hay que poner la cara quieren separar. Que le pregunten a Lamolina, a ver si este tiene cara… Este Toresani, que no existe… Que le pregunten a Lamolina si no le dije que no lo eche. Lo vuelvo a repetir. A Toresani, Segurola y Habana, 4310, séptimo piso, y vamos a ver si me dura 30 segundos“.
¡Mirá el video del histórico cruce!