Santiago Echeverría defendía los colores de Independiente de Medellín, pero llegó su peor momento profesional: en 2017, la División Mayor de Fútbol Colombiano lo sancionó con cuatro años sin poder jugar por doping positivo de Boldenona, sustancia prohibida por la Agencia Mundial de Antidopaje.
Pasaron 14 meses y, viendo que sus posibilidades económicas se han reducido, el futbolista que debutó en Talleres de Remedios de Escalada y pasó por Boca y Huracán se manifestó vía Twitter pidiendo trabajo.
El defensor de 28 años dialogó con Olé y explicó: “No soy culpable, no sé qué más se puede pedir. La Ley dice que tenés que mostrar cómo te contaminaste y yo tengo lo que piden. Tengo el ticket del restaurant, el testimonio del dueño de la parrilla y de mis compañeros. Más demostración que ésta no hay”. Es que el anabólico hallado aparece en una de cada cuatro muestras de ganado vacuno, ya que lo utilizan para engordar a los animales.
Finalmente, respecto a su situación laboral, Echeverría contó que “es la mierda más grande del mundo” y avisó que no se le caen los anillos por dedicarse a otra cosa: “Es momento de expandirme en otros oficios. No sé cuál, pero ya no puedo seguir así. Es duro y necesito darle de comer a mi familia”.
Así juega Santiago Echeverría.