Claudio Omar García, más conocido como El Turco García dejó su simpatía y frescura de lado para hablar de un momento muy duro de su vida.
Luego de la muerte de su padre y ya lejos de las canchas, asentó su adicción a las drogas: “Dejé de jugar en diciembre de 1999, en enero del 2000 se murió mi papá y yo empecé con la adicción. Mientras jugué al futbol, nunca”, aseveró.
Al principio sentía que no se trataba de una adicción, ya que la droga podía llegar a durarle un mes, pero rápidamente se convirtió en un hábito diario.
“Nunca dije cuánto tomaba por día, porque si la gente me ve así, dice: ‘La droga no es tan mala, mirá que bien que está’. Pero yo tomaba muchísimo, lo suficiente como para morirme, para que me agarre un ACV”, enfatizó.
Además, explicó en Teleshow que bajo los efectos de la cocaína perdía noción sobre los hechos reales y la fantasía: “Tomaba lo necesario para que me pasara cualquier cosa: sabía, pero no me importaba, porque estás en Disney, no ves la realidad”.
También comentó cómo afectó su vínculo con sus hijos: “Mirá qué enfermo que estaba que en vez de disfrutarlos, los padecía”, confesó.
Y por último comentó: “Cuando terminaban de comer decía ‘Chau, chicos, me tengo que ir’. Me inventaba cualquier cosa. Se iban y era una alegría… sos un hijo de puta, ¿cómo te vas a poner alegre?”, se preguntó.