Graciela Alfano, entre lágrimas, le pidió perdón a Aníbal Pachano por su pelea hace 10 años

"Fue una traición", reconoció la actriz frente al bailarín y coreógrafo. Y así reaccionó él.

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Graciela Alfano y Aníbal Pachano fueron amigos muy cercanos. Ella pasaba el día en casa de él, compartía con su familia y eran confidentes. Hasta que las cosas se dañaron entre ambos, hubo peleas y traiciones, como reconocieron ambos.

Diez año ya pasaron desde que, cuando ambos eran jurados de Bailando por un sueño, tuvieron varios enfrentamientos violentos que alcanzaron su punto más candente en el momento en que ella lo golpeó y le arrojó un vaso de agua frente a cámaras.

A partir de ahí, la amistad entrañable llegó a su fin y aunque se cruzaron un par de veces por cuestiones laborales, ahora finalmente hablaron frente a frente sobre los motivos que los distanciaron.

Fue durante la emisión de Los Ángeles de la Mañana donde se produjo el encuentro de ambas figuras. “Para sanarme y para que uno sane cualquier situación la palabra es ‘disculpa’. Me hubiera gustado que no sea en un contexto televisivo porque este tipo de cosas no se arregla en la televisión. Creo que hubo muchos años para poder pedir y teléfonos que se podían conseguir”, disparó Pachano para explicar por qué no había perdonado a la exvedette.

“Hay cosas que no perdono, puedo disculparla pero me parece que fue de una traición y yo soy un tipo muy derecho. Sí puedo ver los errores de cada uno y puedo aceptar, y cuando me veo en esas situaciones me detesto, no me gusta nada verme. Era un enojo enorme, que nunca terminaba y crecía, y tenia que defenderme. Empecé a frenar cuando volví de un viaje a Paraguay en el que conocí a una chamana que me dijo: ‘Sacate eso, no podés besar, no podés abrazar y hasta que no despegues de la situación no vas a sanar’. Y me quedé con eso, porque yo soy muy de abrazar y lo estaba perdiendo”, aseguró el coreógrafo.

Luego de eso, Graciela reconoció que ella cometió “una traición” con él. “Yo logré perdonarme a mí misma pero escuchando y viendo lo que hice. No fue tal como lo dijeron pero fue. Mirarse uno mismo es una obligación moral en esta vida. Yo agradezco a Aníbal que no me lo haya perdonado. Vos sos un padre tremendo”, dijo Graciela entre lágrimas.

Además, aprovechó para explicar por qué se daba este pedido de disculpas frente a las cámaras y no en el ámbito privado. “Si no te llamé no es porque no lo sentía. No tuve ni padre ni madre que me puedan enseñar cómo se hacía esto, pero aprendí. Me emociona porque estoy hablando desde lo mejor de mí. No sirve matarme, sirve aprender que nunca más, y en diez años he aprendido, sobre todo a escuchar lo que le pasó a otro. Vos me hablabas de algo que te estaba pasando en tu vida -su diagnóstico de HIV positivo- y yo seguía parada en mi burbuja de vida”, reconoció.

Pero el coreógrafo apuntó nuevamente a la exposición de estas disculpas:  “No quiero hacer un show televisivo para que la gente se confunda y digan que ya perdoné. Está todo bien, yo también aprendo a perdonar, a decir esto estuvo bien o mal, pero hay dichos que no se pueden volver atrás. Hoy estoy en un estadio en el que quiero pasarla bien”, finalizó.

Fue entonces que Alfano quiso dejar una puerta abierta para la reconciliación. “Te dejo mi teléfono, cuando lo sientas llamame. No te llamo por vergüenza. Pero en el momento que vos quieras nos juntamos. Nada va a cambiar el amor y la admiración que siento por vos”.

 

 

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