Esta semana Jimena Barón estuvo en el ojo de la tormenta luego de la promoción en vía pública que realizó para su nuevo tema “Puta”. La polémica surgió ya que la cantante utilizó afiches similares a los que muchas mujeres utilizan para ofrecer sus servicios sexuales y que muchas veces están ligados a la trata de personas.
Tras la exposición mediática y recibir miles de críticas a través de sus redes, y una denuncia por parte de AVIVI, la Asociación de Víctimas de Violación, la artista decidió aparterse del ojo público y canceló el show que iba a dar en el Festival de la Manzana de Río Negro; y en la Fiesta Nacional de los Jardines de Villa La Angostura, en Neuquén.
“Atelofia Producciones informa que lamentablemente Jimena no se siente emocionalmente en condiciones de realizar los shows. Pidió asistencia psicológica y psiquiátrica. Luego de la evaluación profesional le fue contraindicado realizar los próximos espectáculos”, explica el comunicado publicado por la productora que representa a “La Cobra”.
Y agrega: “Se le indica reposo, medicación sedativa y acompañamiento de sus seres queridos en su casa. También se le recomendó aislamiento de los medios y las redes sociales hasta tanto recupere su fortaleza. A Jimena le resultó imposible procesar emocionalmente el grado de violencia que recibió a través de algunas expresiones que se hicieron en las redes sociales y algunos medios de comunicación”.
“Consideramos que se atravesó un límite que debió ser inquebrantable. El hostigamiento, la violencia y las amenazas que involucran a Jimena y a su familia generan un amedrentamiento extorsivo y aterrador”, concluye el texto.
Además de apartarse de su agenda laboral, Jimena también borró el posteo de descargo que había hecho tras el escándalo sobre los afiches de su nuevo tema y la foto que compartió junto a Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), el sindicato de las trabajadoras sexuales.