Ya sabemos que Kim Kardashian siempre opta por elegir un look distinto y arriesgado para los eventos a los que asiste, pero en los Emmy decidió inclinarse por un vestido más sobrio de lo que estamos acostumbrados a ver en ella.
Es que la esposa de Kanye West quiso lucir su figura durante la gala de los premios en la que participó como presentadora junto a su hermana Kendall Jenner.
Por supuesto, la mediática eligió un vestido Vivienne Westwood corte sirena de terciopelo negro que combinó con accesorios en donde sobresalía un crucifijo colgado en su cuello. Si bien el look se alejó se lo que Kim suele usar, el hecho de que fuera tan ceñido al cuerpo le jugó una mala pasada a la celebridad.
En algunos momentos de la noche puede verse cómo la estrella lucha contra su outfit y, sin casi poder moverse, casi termina en el suelo.
Aunque la mujer evitó el papelón en ese momento, no pudo lograrlo al presentar el galardón a “Mejor reality” y terminó siendo el hazmereír del público invitado.
“Nuestra familia sabe de primera mano cómo la televisión realmente convincente proviene de personas reales que simplemente son ellas mismas”, aseguró Kim al referirse al premio. A esta frase se sumó su hermana Kendall, quien agregó “Contando sus historias sin filtro y sin guión” y desató las risas entre la audiencia.