La vida de la actriz e ícono del cine argentino Isabel ‘La Coca’ Sarli se apagó este martes 25 de junio, a los 83 años. Sus grandes participaciones y emblemáticas escenas la llevaron a ocupar un lugar privilegiado en la industria cinematográfica argentina, donde derrochó sensualidad y talento.
También hubo una persona que fue muy importante en su vida y que la marcó para siempre: el cineasta y actor Armando Bó, con quien mantuvo un intenso romance hasta el día de su muerte, cuando él falleció en sus brazos.
La Coca Sarli estuvo rodeada de polémicas, unos la amaban y otros la criticaban, pero ella se mantuvo al margen de los comentarios negativos.
Fue en el año 1957 que se cruzaron los caminos de Coca y Armando, cuando realizaron su primera película juntos.
“Armando fue el padre que no tuve”, dijo alguna vez la protagonista de La tentación desnuda. La diferencia de edad y la protección que el actor, director y productor ejercía sobre ella, mucho tuvo que ver con ese lazo paternal que Isabel nunca conoció.
La pareja realizó en total 28 películas y muchas de ellas fueron censuradas por su alto contenido erótico y escenas de desnudez, que eran un escándalo para la época.
Juntos filmaron El trueno entre las hojas. Los espectadores la iban a ver porque mostraba el primer desnudo real en la historia del cine nacional.
Armando Bó estaba casado con Teresa. Hasta la muerte del director, la mujer ofició como esposa formal, pero fueron los brazos de Isabel los que lo cobijaron al morir.
Bó tenía 67 años y fue uno de los golpes más duros que vivió la actriz. Ese 8 de octubre de 1981, Isabel se dirigió hasta la casa que el director compartía con su esposa y mientras la diva lo acariciaba, él dio su último respiro. Murió junto a ella. En el cuarto de al lado, Teresa aguardaba su turno para despedirlo.
Años atrás, ya en 2005, Coca tuvo un fuerte cruce con el nieto de Armando Bo, quien la calificó como “la amante de su abuelo”. Estas palabras calaron hondo en la actriz que respondió con dureza: “Cuando él vino y me dijo que quería hacer cine, le regalé dos cámara nuevas, un zoom nuevo que vale mucho dinero, todos los faroles, todo el equipo de filmación. Si te he visto, no me acuerdo. Dijo ‘la amante de mi abuelo’, yo no he sido la amante de su abuelo, he sido el amor de su abuelo, cretino de mierda. No me gusta hablar de esta gente, para mí no existen. El apellido Bo para mí terminó con Armando”, cerró.
Y así concluyó la más legal de las historias de amor clandestinas. Un romance que quedó plasmado en varios rollos de cinta y en la mente de todos aquellos que lo llegaron a presenciar.
MIRÁ EL DESNUDO DE LA COCA SARLI EN ‘EL TRUENO ENTRE LAS HOJAS’: