Las alarmas se encendieron el pasado jueves cuando trascendió la noticia que Joaquín Sabina había tenido que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia como consecuencia de la grave caída que sufrió desde el escenario.
Su accidente recordó al sufrido por Sergio Denis hace casi un año, quien no ha podido recuperar la conciencia luego del fuerte golpe que recibió.
Sabina, sin embargo, ha podido superar las secuelas y trascendió que ya salió de terapia intensiva tras sufrir “traumatismo de hombro izquierdo, torácico y craneoencefálico” y tras lo cual se le detectó un “pequeño coágulo”, por el que debió ser operado.
Su representante, José Navarro “Berry”, le confirmó a la agencia EFE que el trovador está mejorando.
Sostuvo además que “no habrá más partes médicos por parte de la familia” del artista respecto a su evolución.
El pasado sábado se dio a conocer que el cantante había despertado y que lo primero que pidió fue un cigarrillo.
“Cuando se despertó pidió un cigarrito, yo quiero fumar ha dicho”, sostuvo Benjamín Prado, escritor y amigo de Sabina. “Me extraña que en un concierto de esta categoría y en un lugar como el Wizink un artista pueda caer al vacío”, añadió.
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