Cuando comenzó la pandemia en Estados Unidos, Reese Witherspoon quiso hacer un aporte desde su marca de ropa, Draper James. La actriz decidió regalar vestidos a las docentes, a raíz del esfuerzo extra que están haciendo durante los días de confinamiento.
Sin embargo, el gesto tuvo consecuencias indeseadas. A raíz de la gran cantidad de pedidos, la firma de ropa se vio desbordada y muy pronto se agotaron los vestidos. Por este motivo, tres profesoras que no recibieron los vestidos, se sintieron estafadas y decidieron ir a la Justicia para denunciar que el aporte de la marca fue más un truco publicitario que un gesto solidario.
Según explicó el abogado de la actriz a TMZ la demanda busca “explotar injustamente las buenas intenciones de la empresa de rendir homenaje a la comunidad de profesores ofreciéndoles cientos de vestidos gratis”.
“El hecho de que las existencias fueran limitadas y que por lo tanto no todas las profesoras que respondieron iban a recibir un vestido gratis fue revelado y no constituye motivo de demanda”, cerró el letrado.