Esta semana, Santiago Maratea logró cumplir con un nuevo objetivo, juntó 16 millones de pesos para mejorar la calidad de vida de tres personas. Primero logró costear el tratamiento de Ezra, un niño de 2 años que sufre DIGP, luego consiguió un millón para Mariana Laspiur, la peluquera de los famosos que se fracturó las dos piernas al desplomarse el ascensor de su edificio y por último, compró un medicamento de 30 mil dólares para Julio Sosa, un locutor que sufre ELA.
Después de la increíble colecta y mientras visitaba a Federico Lezama, un nene de seis años que tuvo que viajar a Barcelona para tratar un neuroblastoma de grado cuatro en el riñón izquierdo, el influencer pidió ayuda para pagar sus vacaciones en Formentera, una exclusiva isla en el Mas Mediterráneo. Sin embargo, fue duramente criticado y él salió a defenderse.
“Por ahí hay gente que no lo sabe, que yo hago una colecta propia cada vez que termino una colecta ajena. Paso la gorra, y con esa guita me compro cosas que no tienen ninguna utilidad social”, afirmó Santi al leer el comentario de Susana, una seguidora que le reprochaba que elija un sitio tan costoso para vacacionar.
Asimismo, apuntó contra quienes instalan la idea de “bondad” como algo inalcanzable y fue tajante: “Yo me voy a llenar de plata y voy a seguir ayudando a la gente como lo vengo haciendo hace años y me hace muy feliz”. “¿Por qué? Porque considero que está mal planteada esta idea pelotuda que la gente que ayuda o que tiene una vocación más social debería no tener plata, eso no sé quién lo inventó, ¿la Iglesia?”, mencionó sobre el tema.
De este modo, el youtuber afirmó que continuará con su idea de que después de culminar cada colecta solidaria, se hará un merecido regalo. En ese sentido, vale recordar que cuando logró juntar el dinero para el tratamiento de Emmita, le solicitó a sus seguidores que donen 30 centavos para comprarse un buzo Gucci.
Ahora, Maratea le pidió a sus 1.9 millones de seguidores que le transfieran 100 pesos cada uno para poder disfrutar de una estadía de lujo en Formentera. Igualmente, mencionó que nadie estaba obligado, pero necesitaba su ayuda porque “dormir en cualquier sucucho sale 500 euros al día”.