Aunque Sophie Turner siga gozando el éxito de Game of Thrones, la serie en la que interpreta a Sansa Stark, la actriz confesó que sus inicios fueron sumamente duros.
En una entrevista con Dr. Phil, la joven confesó que desde hace varios años lucha contra la depresión y que la exposición que le dio la reconocida saga tuvo sus partes negativas.
Con tan solo 15 años cuando comenzó a encarnar a su personaje, Sophie tuvo que hacer frente a miles de críticas que le llegaban por parte de los fanáticos de la serie: “Simplemente, empecé a creérmelo. Me decía a mí misma, ‘Sí, tengo granos. Estoy gorda. Soy una mala actriz’. Me lo creía”, contó Turner en una entrevista con Dr. Phil. Y agregó: “Le decía al equipo de vestuario que me apretaran el corsé”.
“Solía pensar mucho en el suicidio. La verdad es que no sé por qué. Quizá solo sea una fascinación extraña que solía tener, pero sí, lo pensaba”, le confesó la actriz a su entrevistador y luego habló sobre cómo había trabajado para comenzar a quererse a sí misma.