Meghan Markle y el príncipe Harry decidieron distanciarse de los problemas y pasar las fiestas navideñas en Canadá, lejos de la familia real.
Según diversos medios internacionales, los duques de Sussex decidieron pasar sus días en la fantástica Isla de Vancouver, sitio donde se los ha podido ver bastante seguido por estos días.
Si bien el hijo menor de Lady Di y su esposa tuvieron una agradable bienvenida, hubo un lugar particular que no quiso tener a los miembros de la familia real: el prestigioso restaurante Deep Cove Chalet, quien tiene como dueño al chef Pierre Koffel.
Según dio a conocer el diario Vancouver Sun, la pareja intentó comer la cena de Navidad allí, pero se llevaron una ingrata sorpresa.
A pesar de pertenecer a la familia real, la pareja fue impedida de ingresar por órdenes del mismo cocinero, ya que a este no le gusta el escándalo.
“Hay que dejarlos tener paz y tranquilidad. Ya somos lo suficientemente afortunados de tenerlos en el área ¿Quién puede decir que tiene esa suerte? Les deseo toda la privacidad que puedan obtener, porque la merecen”, comentó Bev Koffel, esposa del cocinero en cuestión. Y agregó: “Ya saben cómo es mi marido, a ver qué pasa ahora…”.