No es la primera vez que Yao Cabrera tiene problemas con la Justicia. Luego de todas las acusaciones a las que tuvo que hacer frente con abogados, la fiscal federal Mabel Edith Amoretti lo imputó por Trata de Personas con fines de Explotación Sexual y Laboral, Promoción de la Prostitución y Pornografía Infantil.
En la causa publicada por Crónica, los denunciantes figuran bajo identidad reservada e integran el “Programa de Damnificados por Trata y Explotación de Personas”. Identificada en los expedientes con el nombre “La Señorita A”, una de las personas que hizo la denuncia incluso recibió un botón antipánico.
El expediente reveló que el imputado y sus colaboradores controlaban la libertad de la mujer y ella no podía abandonar el lugar (la “Mansión Wi-Fi”) cuando quería, solo podía irse los domingos.
“La víctima también manifestó, entre otras cosas: que era sometida a largas jornadas de actividad, de hasta dieciocho horas diarias; que era mal alimentada con comida escasa y vencida, o incluso no comía en ocasiones, mientras el imputado y sus colaboradores comían sushi frente a ella, sometiéndola no solo al hambre, sino también a una situación de violencia psicológica“, detalla el documento compartido en el sitio web de Crónica.
En su declaración, la joven comentó que no se le permitía tener consigo dinero alguno y jamás le pagaron el salario que le prometido: “Era sometida a multas sobre el mismo ante conductas no permitidas como tomar comida que no le era asignada. Todo el tiempo debía comportarse como una esclava, y no podía hacer nada sin su consentimiento”.
Cabe recordar que en diciembre del año pasado, el domicilio que comparte Cabrera y varios de sus colaboradores fue allanado. En ese momento fueron incautadas computadoras, teléfonos celulares y 65 gramos de marihuana.
Ahora, la Justicia investiga un supuesto sistema de multi estafas a menores de edad, la presunta transmisión de material pornográfico en vivo a través de cuentas alternativas redireccionadas, sistemas de evasión impositiva, contenidos mórbidos y chats de confirmación de encuentros sexuales entre los miembros del “Wifi Team” y menores de edad a cambio de dinero.