Cómo es el servicio funerario en tiempos de COVID-19

Se extrema la seguridad e higiene que pide el protocolo oficial para preservar a cada empleado.

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En más de un año de pandemia por el COVID-19, los cuidados debieron extremarse para evitar contagiarse el virus SARSCoV2.

En ese sentido, diversas profesiones se vieron atravesadas por la situación epidemiológica actual y debieron modificar su forma de trabajar y de encarar el día a día en torno a los protocolos sanitarios correspondientes.

Tal es el caso del rubro funerario, una profesión que está en constante manipulación y tratamiento de cuerpos sin vida. Muchos de ellos, con coronavirus.

“El COVID-19 no acepta velatorio. Del centro hospitalario o clínica, se lo prepara el cuerpo y se lo traslada directamente al cementerio. Las cocherías no están capacitadas ni permitidas como depósito de cuerpos, mucho menos por enfermedades infecciosas”, enfatizó Eduardo Roverano, director funerario, en diálogo con Ernesto Tenembaum para ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?

Eduardo pertenece a la cuarta generación de su familia que trabaja en el rubro funerario. Su bisabuelo, abuelo y padre se dedicaron a esta profesión en el partido de Quilmes, provincia de Buenos Aires.

Servicio fúnebre en tiempos de COVID-19

“Este trabajo es para gente idónea en el tema. Ya nos pasó algo similar con la Gripe A“, dijo Roverano.

En esa línea, reveló en qué consiste el protocolo a seguir cuando debe efectuar su trabajo: “Dos empleados de la cochería van a retirar el cuerpo que ya previamente tiene que estar embolsado, en una bolsa impermeable, plástica de alta densidad, con cierre hermético y desinfectada por el sanatorio o institución de salud”.

Asimismo, aseguró que los empelados cumplen estrictas normas de higiene para garantizar su propia seguridad. “Te diría que lo mismo que la gente de limpieza de un sanatorio, porque manipulan un cuerpo que desprende gases y líquidos porque no tiene retención. Y eso es altamente contagioso. Por eso, la bolsa hermética con cierre hermético y lo tiene que proveer el sanatorio”, comentó el especialista en el rubro.

El uniforme que utilizan a diario consta de camisolín, antiparras, barbijo, guantes y el cubre calzado. “Un nivel de protección que marca el protocolo“, agregó.

“Este es un servicio, no un negocio. Es una forma de vida”, concluyó.

Mirá la entrevista completa a Eduardo Roverano, funerario, en YAQPA:

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