El 13 de marzo del 2013 el Papa Francisco comenzó su pontificado. Desde entonces han transcurrido seis años no exentos de desafíos y problemas para su gestión a la cabeza de la Iglesia Católica.
Múltiples escándalos de abuso sexual a niños de parte de los funcionarios de la Iglesia se han destapado en diversas latitudes: Chile, Estados Unidos, Irlanda, México, etc. A esto se han sumado acusaciones de abuso sexual y laboral a mujeres religiosas, así como también a hombres, por parte de miembros de diversa jerarquía al interior de la Iglesia, con bulladas acusaciones de encubrimiento.
En un hecho sin precedentes, este año el Papa Francisco hizo frente al instalado problema de abuso de menores, convocando a una Cumbre de Presidentes de las Conferencias Episcopales a nivel mundial. En la instancia se pidió perdón a las víctimas y se insistió en una política de tolerancia cero con estos crímenes.
En este complejo escenario actual para la Iglesia, una entrevista televisada la noche de este miércoles en Chile, agitó las aguas eclesiásticas en el vecino país. El sacerdote Héctor “Tito” Rivera, acusado de violación al interior de la Catedral Metropolitana de Santiago, estuvo presente en el programa Mentiras Verdaderas, y sus dichos han generado amplias reacciones.
Rivera arrancó entregando sus convicciones con respecto al celibato: “el ser humano está destinado a tener actividad sexual, es imposible no hacerlo”.
El sacerdote continuó con las acusaciones en su contra, asegurando que la opinión pública estaba siendo “muy lapidaria” en su contra. “Me arrepiento de no haberle hecho caso a mi madre quien nunca quiso que yo fuera sacerdote”, reveló.
Héctor Rivera profundizó en sus acciones y sexualidad: “He tenido conductas homosexuales, sí, pero no me reconozco como homosexual”.
El religioso fue sancionado canónicamente en 2018, con la prohibición de ejercer el ministerio sacerdotal durante 14 años. En la entrevista también habló de sus pares: “Me atrevería a decir que el 50% de los sacerdotes chilenos son homosexuales”.