Miltón Pino, conductor de “Alma Gaucha” contó la historia del Ñato Pereyra. La música y las costumbres que transmiten en el norte argentino.
“Tengo un dedo menos del pie, porque cuando estaba labrando un poste con mi viejo y me corté. Jamás lo perdoné porque yo tenía 13 años igual le doy gracias porque él me enseño a trabajar”, comentó el cantor.
Ñato Pereyra sostuvo que el trabajo más difícil que le tocó hacer fue en la ladrillaría. “A las siete de la mañana cuando te calienta el sol. Estuve tres años ahí y después hice mi casa. Ahora trabajo en la Municipalidad“.
Las costumbres por la música y la improvisación traspasa las fronteras. Aunque también es hábil con la guitarra, las guitarreadas se volvieron un ritual para los ciudadanos que se juntan para que cada uno demuestre su talento y sus costumbres entre todos para nutrirse de sabiduría que será traspasada a otras generaciones de cantores, payadores e improvisadores de la música folclórica que sigue vigente en el norte del país.