El Carnaval de Gualeguaychú no solo es una de las fiestas más importantes del país donde se dan cita las mejores comparsas. La cantidad de turistas que visitan la ciudad en esos días genera un movimiento económico de gran importancia para sus habitantes.
Adriana Pérez es una de las emprendedoras que, con el objetivo de tener la casa propia, comenzó a fabricar tocados de plumas para que los turistas puedan lucirlos durante la fiesta y llevarlos como souvenir. Hace 16 años presentó sus primeros modelos. “Eran desastrosos. Fuimos aprendiendo, mejorando, siempre trabajando mucho” cuenta entusiasmada.
Hoy en día, Adriana es una de las vendedoras más antiguas de la feria artesanal que se puede visitar en la ciudad. Para tener los tocados preparados a tiempo, el trabajo comienza mucho antes. “Arrancamos en septiembre a hacer armado y forrado. En diciembre vamos a Buenos Aires a buscar telas y plumas. Después acá se arma todo”.
Lo primero es darle color a las plumas que se compran vírgenes. Adriana explica que las bañan en agua hirviendo, colorante comestible y vinagre para darle esos tonos brillantes que tanto gustan a los visitantes. Del emprendimiento participan sus tres hijas y su esposo. “Las chicas hacen el forrado de los alambres y mi marido y yo la decoración” cuenta.
Los tocados cuestan entre 500 y 4.000 pesos y tienen un talle universal porque al tener una estructura de alambre se puede adaptar a cualquier cabeza. Cuando llega la época de carnaval, Adriana y su familia se trasladan a la feria a las 6 am y se quedan hasta el final. “Nos gusta y lo hacemos con el corazón” dice con una sonrisa.
Con su emprendimiento, Adriana pudo cumplir el sueño de tener una casa propia y, además, hacerle una linda fiesta de 15 a una de sus hijas. Fanática de la comparsa Papelitos, la emprendedora asegura que “la defiendo a muerte” mientras ofrece sus coloridos tocados que le brindaron una alegre manera de ganarse la vida.
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