La jornada de permitido suele generar revuelo en la intimidad de los participantes de Cuestión de peso.
Cada uno tiene su debilidad y la de Rocío es la mesa dulce. El flan fue el detonante de su cena y, su reacción al verlo, trajo al estudio un debate.
Allí se quebró, no pudo contener las lágrimas y fue más allá. Habló en profundidad de lo que siente y no anduvo con vueltas: “No me gusta mi cuerpo desnudo”.
Mirá el momento.