En los 553 días que llevamos de pandemia en Argentina, y unos más a nivel mundial, desde que el Coronavirus llegó a nuestras vidas, muchas teorías sobre cómo inició y de dónde pudo haber salido, se metieron a tal punto en el inconsciente colectivo, que ya se convirtieron en una especie de leyendas urbanas.
Lo único que se sabe, de fuentes oficiales, sean de la sanidad y gubernamentales, es que el Covid-19 -que continúa ocasionando millones de muertes por día en el planeta- surgió porque un hombre de la localidad china de Wuhan comió un murciélago que portaba el virus, lo que produjo su infección corporal y, luego, lo fue propagando sin medir ningún tipo de límites y con total desconocimiento de lo que sucedería luego.
Hasta el día de hoy, hay muchas personas que no están de acuerdo con estas afirmaciones y se permiten dudar de que así haya sido el verdadero origen de la pandemia: están quienes sostienen que esto se trató de una “guerra bacteriológica” y que, por lo tanto, el bicho fue creado en un laboratorio, siendo conscientes de la caótica situación que se desencadenó.