Daniel hace el tratamiento con mucho compromiso, aunque no está todos los días con sus compañeros: se pesa todos los miércoles en el programa.
Sin embargo, hay un asunto que lo aqueja: la ciudad no está adaptada para un cuerpo como el de él.
Desde los asientos del colectivo, hasta el espacio en un cine o un teatro. Ni hablar de las escaleras. El hecho de que el transporte público no sea acorde a sus necesidades, hace el que el traslado de Daniel sea en taxi, lo cual le genera un gasto gigante.
Mirá qué contó.