Christoffer Persson, de 36 años, se convierte en un ejemplo de vida con su testimonio. Días después de haber recibido un impacto de bala en el barrio porteño de Montserrat durante un intento de robo, mientras caminaba con su novia por la calle, el turista sueco recuerda el episodio sin rencores: “Cuando alcé la mirada y vi que me estaban apuntando a la cabeza, traté desviar el arma con la mano y me disparó en la pierna”, narra.
El sueco que estaba de vacaciones en Buenos Aires sorprende con su optimismo, luego de que le amputaran una pierna como consecuencia de aquel fatídico hecho: “El equipo de cirugía fue excelente. Son las mejores personas”, indica en relación a quienes lo operaron cerca de cuatro veces para poder salvarle la vida.
Al ser consultado sobre su reacción al momento de conocer que iba a perder una de sus extremidades, llama la atención su tranquilidad y visión positiva.”No me sorprendió. Lo que en ese momento me alivió fue saber que iba a sobrevivir. No estoy deprimido por haber perdido la pierna. Estoy feliz por haber sobrevivido”, detalla.
Además, agradece a Ana Ferrer, quien le hizo un torniquete con una toalla y pudo detener así la hemorragia hasta que llegara la ambulancia.