Luego de que Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero debió hacer frente al difícil problema del país con los inmigrantes ilegales.
Una de las primeras decisiones que tomó como mandatario fue suspender las políticas de inmigración de la era de Donald Trump que permitían la deportación de niños que llegaban solos a la frontera buscando asilo.
Sin embargo, mientras la nueva gestión aborda la ley de inmigración para solucionar sus problemas, no planteó medidas inmediatas respecto a la ola de migraciones que están afrontando.