La policía allanó la discoteca donde Griselda Blanco envió a su grupo de chicas para repartir cocaína; siguieron el rastro y estuvieron muy cerca de entrar al escondite de Griselda.
La Viuda Negra tomó un arma y junto a sus secuaces estaba dispuesta a enfrentarse para defender su guarida, donde también vive su hijo recién nacido, a quien ha intentado darle todo.