Griselda y “Cejas” se relajan después de huir y enfrentarse a la policía. En un local nocturno a donde fueron a bailar, conocen a “Guaguancó”, un poderoso delincuente, dueño del lugar, que les ofrece trabajar con él al ver el ímpetu de Griselda, quien lo apuntó con el arma que le arrebató de la cintura porque intentó propasarse con ella.
Griselda se entera que us madre ha muerto y rompe en llanto; quiere ir a Medellín pero tanto “Cejas” como Guaguancó le dicen que no lo haga.