Los padres del joven Federico Restrepo, quien fue secuestrado por Griselda Blanco, “Cejas” y su pandilla, y murió en el tiroteo durante el enfrentamiento de los delincuentes con la policía, están destrozados. El padre no detendrá su plan de venganza con los sicarios que contrató hasta que mate a todos los involucrados pero a los cabecillas los quiere vivos.
Griselda y “Cejas” andan prófugos, se escabullen de la policía y luego también escapan de los sicarios del señor Restrepo; se esconden en el establo de una finca, donde pasan la noche y en la mañana son descubiertos por los dueños del lugar, quienes los amenazan con llamar a la policía.
La madre de Griselda es liberada después de una intensa sesión de tortura y está malherida.