Este miércoles, luego de conocerse la condena a Cristina Kirchner por la Cauda Vialidad, más repercusiones se desprenden del fallo por corrupción en la obra pública de Santa Cruz. Los magistrados que sentenciaron en Comodoro Py a la exmandataria fueron Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso: dictaminaron seis años de prisión e inhabilitación perpetua especial para ejercer cargos públicos.
En Modo Fontevecchia, la periodista Nuria Am se refirió a fondo sobre estos tres miembros titulares del Tribunal Oral Federal N°2, quienes llegaron a sus cargos por concurso aunque, lo llamativo de la información es que los mismos, los designó la propia Cristina Fernández de Kirchner; en las ternas enviadas del Consejo de la Magistratura que, en su momento, era manejado por su partido durante su presidencia, por lo que ella misma firmó las designaciones de estos jueces, enviándolas posteriormente al Senado para ser votadas.
Ahora, son los hombres que tomaron una de las definiciones con mayor impacto político por tratarse de una persona que está en ejercicio de la vicepresidencia de la Nación. Además de haber quedado “en la mira” del kirchnerismo por haber condenado a CFK, como lo esperaban. Por un lado, Jorge Gorini es el presidente del tribunal, tiene 54 años y fue quien leyó la condena. Fue secretario de los tribunales penales ordinarios como primera experiencia en la carrera judicial.
Quien también integró la mesa de los magistrados en cuestión fue Andrés Basso, de 51 años de edad. Comenzó su carrera en los tribunales federales de la ciudad de La Plata y tuvo un paso corto en los tribunales de Lomas de Zamora. De allí, fue a los tribunales federales ubicados en el barrio porteño de Retiro.
El último letrado, Giménez Uriburu también tiene 51 años, y entró a los tribunales en su momento como “meritorio”, es decir, sin cobrar un sueldo fijo mientras estudiaba la carrera de Derecho en simultáneo en la Universidad Católica Argentina. Cinco años más tarde, se convirtió en relator oral del tribunal de Comodoro Py, trabajó con Galeano durante el período de recopilación de datos por elevación a juicio por ataque a la sede de la AMIA.