Jorge Fontevecchia entrevistó a François Dubet (74), ex director de a Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, para debatir en el ciclo Periodismo Puro sobre problemáticas mundiales preexistentes que se vieron exacerbadas y expuestas durante el brote del coronavirus.
En una época en la que se habla de batallas culturales, una de las ocultas es aquella en la que los economistas vencieron a los sociólogos. Esa derrota tiene implicancias: las más determinantes son la hegemonía de la meritocracia, la fragmentación sin representaciones políticas, una crisis de la educación que aún no encuentra rumbo, entre otras. Uno de los intelectuales socialdemócratas más potentes del mundo reflexiona al respecto y propone un camino: la interdependencia entre culturas, en un mundo que debe ser cada vez más globalizado. Los humanos debemos descubrir qué tenemos en común, explica.
François es autor de estudios dedicados a la marginación juvenil, a escuelas e instituciones. Sobre la enseñanza actual en instituciones estipuló con desencanto: “La escuela se transformó en una máquina de clasificación de jóvenes y alumnos por su origen social”.
“Es muy decepcionante, porque se habían colocado en ella sueños de igualdad, justicia y emancipación. En su mayor parte, la escuela no cumplió con la promesa de igualar“, apuntó el sociólogo e hizo principal énfasis en las disparidades sobre los jóvenes: “Cuanto mayores sean las desigualdades educativas, mayores serán las desigualdades sociales“.
Al respecto vaticinó: “La ira y decepción de los estudiantes pobres anuncia que puede llegar una época convulsionada“.
El autor del libro “La escuela de las oportunidades”, también se refirió de lleno al concepto concebido de la meritocracia y lo comparó con “un modelo deportivo“, una “competición” en la que “gana el mejor“: “Así, se trasladó, al menos a los Estados Unidos, América del Norte y Europa, un esquema de injusticias, la vieja oposición de obreros y patrones, de ricos y pobres. Incluso, a la discriminación. La sociedad actual es mucho más sensible a la discriminación de las mujeres y de los inmigrantes, por ejemplo. Ese modelo de la igualdad de oportunidades tiene cierta crueldad“.
Hace 40 años, François pensaba que Europa sería el futuro de países como Argentina o Chile; hoy se pregunta si Chile y Argentina no son el futuro de Europa, que se está disolviendo.
Además habló sobre un divorcio que pone en jaque a las democracias, y el rol actual de los activistas políticos, periodistas e intelectuales.