Siendo uno de los actores más populares de la Argentina, Pablo Echarri decidió ocupar un lugar definido en la grieta. Luego de conocer a Néstor Kirchner, sintió que debía tomar partido: se transformó en un militante orgánico y pasional que, pese a todo, repudia la corrupción.
Durante su paso por Periodismo Puro, el artista recordó su infancia en Villa Domínico y aseguró que la realidad que allí vivió y el secuestro de su padre fue lo que impulsó su interés por la política como herramienta de cambio social.
En ese sentido, no descartó la posibilidad de adentrarse en el terreno de la política: “Siento que tengo una cierta juventud, más allá de los 51 años. Los 14 años de gestión política me hacen pensar y me llevan hacia adelante en un camino de evolución. Los intereses iniciales cambian y se complejizan. Lo que antes radicaba en el interés artístico, en el deseo de actuar, de expresarse, se complejiza”.
“Para no tener que pelear con el archivo después, digo que voy en un camino cuyo destino no conozco. Pero sí se dio ese deseo de darle lugar a la política. No exclusivamente al ciudadano Pablo nacido en Villa Domínico, sino también a ese Pablo que luego trascendió, que cruzó el charco, que logró a través de la popularidad tener cierto acercamiento a otra gente. Así aparece esa herramienta y la posibilidad de extender más cierta vocación política que existe en mí. Pero no podría asegurarlo al día de hoy”.