Ivanna y Juan parecían no querer despegarse; se mimaron en cada momento y le dieron rienda sulta a sus instintos. Ellos tuvieron una convivencia íntima y mostraron atracción. No obstante, sabían que estaban en un juego y que debían tomar una decisión. Juan dijo que apostaba a la confianza y que creía en las personas. Finalmente, eligió amor.
Ivanna estaba dudosa, quería seguir viendo imágenes del recuento de su estadía con Juan y dijo que su decisión respondía a lo que creía que el elegiría.