Con el objetivo de zambullirse en esa forma de amor que a uno le produce vértigo y pasión, el músico y conductor, Maxi Pardo programó un encuentro muy especial con un colega amigo: Manuel Wirzt, quien -además- es un talentoso actor y mimo. Juntos recorrieron la Usina del Arte y se dieron el gusto de interpretar a dúo unos clásicos del rock nacional.
Oriundo de San Nicolás, en la provincia de Buenos Aires, el artista invitado recordó su llegada a la gran ciudad capital y cómo fue marcando el sendero que lo llevó a la fama. “La meta fue el camino”, aseguró Wirzt y comentó que el “deseo” fue el “motor de todo”.
Para el reconocido músico, el amor es un estado de “plenitud” y aconsejó empezar a “entender que no existe lo perfecto” y “ver el vaso siempre lleno”. Reflexionó, también, sobre los aspectos de su vida en los que deposita su amor. “Nunca más le pongo amor al laburo”, explicó sobre algunas decepciones que le tocó vivir por haberlo hecho, por lo que ahora invierte esa cuota en su familia y amigos.
En el divertido “ping pong” de preguntas y respuestas, Pardo quiso saber qué tres canciones de amor no pueden faltar en su vida, con cuál canción se imagina que lo recibirían al llegar al cielo y con qué artista se muere por hacer un dúo. Una emotiva anécdota con Luis Alberto Spinetta surgió entre el cuestionario al referirse a un tema que había compuesto en homenaje a su hermano fallecido.
Para el cierre, unos mensajes del corazón de parte de su gran amiga, la cantante, Patricia Sosa, y también de su colega humorista, Radagast. En el encuentro, no faltó el show musical, en el que Manu y Maxi cantaron “Dondequiera que estés” y “Rescata mi corazón”, del autor Alberto Lucas, y un himno de rock nacional, “Mariposa Teknicolor”, de Fito Páez.