Días atrás se dio a conocer la historia de Mailin Gobbo, una mujer que en 2017 denunció al sacerdorte Carlos Eduardo José por los abusos sexuales de los que fue víctima entre 1999 y 2008. En diálogo con Ernesto Tenembaum, Mailin contó lo duro que fue el proceso de reconocer los abusos.
“En ese momento no era consciente de que estaba siendo abusada. Recién ahora están dando información y concientizando a los chicos de sus cuerpos, de que sus partes íntimas no tienen que ser tocadas. En ese momento eso no existía. Yo no entendía lo que estaba pasando”, reveló la entrevistada quien está a la espera del fallo sobre la causa por “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por tener un cargo eclesiástico”.
Todo comenzó cuando la madre de Mailin encontró un cuaderno en donde ella, con tan solo 12 años, le pedía a Jesús que se la llevara: “Mi mamá encontró un cuaderno, que era como mi diario íntimo, y decidió llevarme a terapia. Pero no lograron ver que estaba siendo abusada. De hecho, Carlos José le decía a mi mamá que para qué me llevaban a los psicólogos si podía hablar con él…. y así dejé de ir a terapia”.
En cuanto a los abusos, la entrevistada explicó el modus operandi de su abusador: “En el colegio el mecanismo que utilizaba era sacarnos del aula teniendo como excusa la confesión. Había un cuaderno para que se anotaran los que querían confesarse y yo nunca me anoté, sin embargo me retiraba y me llevaba a una oficina”.
“Y mientras me confesaba tocaba mis partes íntimas, me hacía sentar encima de su pene erecto. Cuando venía a mi casa, como era íntimo de la familia, era como un tío, con la excusa de que estaba con depresión decía que iba a hablar conmigo, me llevaba a la habitación y hacía la misma metodología… A los 17 empecé a sentir asco y rechazo hacia él y fue ahí que algo me empezó a llamar la atención. Y volví a terapia”, contó.
Mientras esperan la sentencia, José se encuentra cumpliendo prisión preventiva luego de estar prófugo y podría enfrentar una pena de entre 8 y 20 años de cárcel.