La manera de comunicarse ha cambiado definitivamente con las circunstancias que ha generado la pandemia coronavirus Covid-19. Las videollamadas son ahora la vía de contacto para el trabajo y para las relaciones sociales. Esta modalidad virtual podría ser perjudicial si se practica de manera prolongada y Microsoft realizó un estudio para comprobarlo.
El experimento de la compañía creada por Bill Gates consistió en colocarle a 14 personas un gorro de electroencefalograma para monitorizar su actividad cerebral durante las reuniones virtuales. Los participantes tuvieron cuatro videollamadas de media hora cada una por dos días. El primer día hicieron descansos de 10 minutos entra las reuniones y el segundo participaron de manera continua.
Los resultados determinaron que es muy importante hacer recesos porque la sesión en las que las videollamadas fueron sin descanso las personas tuvieron niveles más altos de ondas beta, que están asociadas con el estrés, la ansiedad y la concentración.
El informe emitido por Microsoft sobre el impacto de las videollamadas señala las siguientes conclusiones:
- Los descansos entre reuniones permiten que el cerebro se “reinicie” y evita que se acumule el estrés.
- Las reuniones consecutivas pueden disminuir su capacidad para concentrarse y participar.
- Saltar de una reunión a otra puede provocar picos de estrés: El director senior del grupo de Ingeniería de Factores Humanos de Microsoft, Michael Bohan explicó que “estás llegando al final de la reunión, sabiendo que tienes otra próxima y vas a tener que cambiar de marcha y usar tu cerebro para pensar mucho en otra cosa”.
Las recomendaciones apuntan a despejar la mente en el tiempo de receso. “Trate de no usar esos cinco o diez minutos para hacer algún otro tipo de trabajo”, puntualizó Bohan. Es más favorable dedicar ese tiempo a estirar el cuerpo, tomar agua o hacer ejercicios de respiración.