Se abre un nuevo capítulo del caso del avión retenido en Ezeiza con tripulantes venezolanos e iraníes. Un informe del FBI que reposa sobre el escritorio del juez federal Federico Villena, confirma que el piloto Gholamreza Ghasemi tiene una vinculación directa con la Guardia Revolucionaria de Irán, las Fuerzas Quds y Hezbollah. No obstante, sobre los catorce venezolanos tripulantes y cuatro iraníes aún no se tienen pruebas contundentes. Incluso, según una fuente del portal Infobae, sus pasaportes “son genuinos”.
El avión Boeing modelo 747-300 RAM que se encuentra en el aeropuerto desde el 8 de junio es correspondiente a la empresa venezolana Emtrasur, filial de la estatal Conviasa, quién a través de un abogado, le solicitó a Villena que se devuelva el vehículo aéreo. La exigencia vino acompañada de documentación.
Sin embargo, Villena se encuentra a la espera de un informe donde se revelará el contenido encontrado en los teléfonos y tablets de los tripulantes. Trascendió que existen al menos unas 60 medidas de prueba en marcha, mientras que las últimas investigaciones no han arrojado pruebas fehacientes que le aporten al expediente. Asimismo, se encuentra en proceso el análisis de las cajas negras del avión.
Por su parte, Hernán Carluccio, abogado que representa a los tripulantes, denunció que “los funcionarios de la PSA actuaron sin advertir a la autoridad judicial competente y menos aún sin mediar ningún tipo de orden judicial que lo habilite a allanar el avión de bandera extranjera”.
El recorrido del avión sigue siendo un misterio. Se conoció que antes de llegar a Buenos Aires, salió de México con 12 tripulantes venezolanos y cinco iraníes, pero a Ezeiza llegaron 14 personas oriundas de la nación caribeña, que se presume que se incorporaron a la tripulación en una escala fugaz en Caracas, pero el motivo de tan rápida parada es una interrogante sin respuesta.