Una ballena se tragó a un buzo y luego lo devolvió. Así de simple y así de increíble. El hecho ocurrió en la ciudad sudafricana de Port Elizabeth, costa sur.
Rainer Schimpf de 51 años fue el protagonista de esta increíble historia que fue documentada por su esposa, Silke, y un fotógrafo, que presenciaron con pavor la escena: un cetáceo de la especie rorcual de Bryde, de unos 15 metros de largo y 25 toneladas, atrapó a Rainer con su boca.
Todo ocurrió cuando el hombre filmaba un cardumen de sardinas, y la ballena irrumpió en la superficie. “Sentí presión alrededor de mi cintura, y supe inmediatamente lo que estaba pasando. Sólo fueron unos segundos, hasta que el rorcual se dio cuenta de su error y abrió la boca para escupirme”, relató el buzo sudafricano a AFP.
Las fotografías del hecho muestran solo un par de piernas y el resto del cuerpo en el interior del animal. A pesar de lo increíble del hecho, Rainer no resultó herido y, una vez que comprobó que no tenía lesiones, regresó al mar.