Hoy domingo, cientos de brasileños que apoyan a Jair Bolsonaro ingresaron al Congreso luego de romper las vallas de contención. Los tumultuosos se habían concentrado en el Cuartel General del Ejército en Brasilia y descendieron hacia la Esplanada dos Ministérios.
Los enardecidos manifestantes invadieron también el Tribunal Supremo y el Palacio Presidencial de Planalto donde ocasionaron numerosos destrozos. Rodrigo Pacheco, titular del Senado, repudió estos “actos antidemocráticos” y exigió que se someta a los revoltosos “urgentemente al rigor de la ley”.
Por su parte, el ministro de justicia Felipe Neto afirmó que “el terrorismo que practican los bolsonaristas ni siquiera tiene un fin”. En su cuenta de Twitter, el funcionario agregó que “nada puede impedir que la democracia continúe” y que “los alborotadores terminarán presos”.
Mientras tanto, el ex presidente se encuentra en Orlando, Estados Unidos alojado en la casa del luchador de artes marciales José Aldo da Silva quien apoya abiertamente a Bolsonaro. En el último discurso que el ex mandatario dirigió a sus votantes les pedía que hicieran una dura oposición al próximo gobierno.
El canciller argentino Santiago Cafiero manifestó su solidaridad con Lula da Silva “frente a las acciones golpistas de la derecha en Brasil” y se pronunció “en defensa de la democracia brasileña”. El presidente de Colombia Gustavo Petro también expresó su solidaridad con el flamante presidente y aseguró que “es hora urgente de una reunión de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática”.