En los últimos días comenzó a popularizarse una aplicación que consistía en “desnudar” mujeres a partir de fotografías.
La app sigue unos principios similares a los de los Deep Fakes, vídeos manipulados gracias la inteligencia artificial. En ellos se ve a políticos pronunciando palabras que realmente no han dicho o a celebrities manteniendo relaciones sexuales. Scarlett Johansson, por ejemplo, ha sido víctima de estos últimos.
Sin embargo, la polémica se instaló por el uso que podría hacerse de ese material.
Para utilizar DeepNude simplemente hay que subir la imagen de una mujer con ropa y esperar unos segundos a que el programa elimine el textil. El resultado es una nueva fotografía marcada como ‘fake’ o ‘falsa’ pero muy realista.
“Honestamente, la aplicación no es demasiado buena, solo funciona con ciertas fotos. Nunca pensamos que nuestro servicio se volvería viral y no podríamos controlar el tráfico”, escribieron los desarrolladores, indicando que subestimaron la demanda que tendría su proyecto con fines de ocio.
Pero luego tomaron una decisión más radical al darla de baja. A través de su cuenta de Twitter expusieron sus razones.
“El mundo aún no está listo para DeepNude”, reza el comunicado, ya que —estiman sus creadores— la posibilidad de que personas abusen de su aplicación es demasiado alta si es utilizada por 500.000 personas, a pesar de las medidas de seguridad. “No queremos ganar dinero de esa manera”, aclararon.
Es así que DeepNude ya no tendrá más versiones y se dejará de vender. Además los usuarios que ya tienen la app tienen prohibido compartirla según los términos de uso. ¿Será suficiente esta medida?