Las detenciones de los cinco efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires se formalizaron luego de que el juez a cargo de la causa, Martín del Viso, hiciera lugar al pedido.
El mismo fue formulado por el fiscal Leonel Gómez Barbella y el titular de la Procuraduría de Violencia Institucional, Andrés Heim.
Los efectivos fueron detenidos, acusados por encubrimiento del crimen de Lucas González, joven de 17 años asesinado de un balazo por miembros de esa misma brigada en el barrio de Barracas.
Pero no todos fueron capturados ya que la oficial Lorena Miño no fue localizada en su domicilio y permanece prófuga de la justicia.
Actualmente los policías están siendo trasladados a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina, y luego serán llevados a los tribunales donde serán indagados.
Los investigadores manifestaron las hipótesis que se manejan sobre los acusados, ya que consideran que entre los efectivos se encuentra quien plantó un arma de fuego de plástico a las víctimas.
Además, se produjo la elaboración de un sumario policial con información falsificada acerca de una persecución y tiroteo por parte de los policías de civil, que fueron luego detenidos por el crimen.
Respecto al arma, se trata de una réplica que se encontraba en el auto Volswagen Suran azul en el que circulaba el futbolista, y que se determinó fue plantada por los mismos policías para reforzar la coartada sobre el enfrentamiento.
El abogado de la familia de la víctima, Gregorio Dalbón, había indicado: “Los que se encargaron de plantar el arma no son los mismos que se encargaron de matar a Lucas“.
Además, había enfatizado: “No queremos quedarnos con la detención de solo tres policías”.