Aunque los expertos aseguran que el avión es el medio más seguro del mundo, más de un centenar de pasajeros vivieron un momento de terror en las alturas. El vuelo de la empresa British Airways que salió el pasado lunes desde Londres con destino a Valencia, tuvo que aterrizar de forma urgente tras sufrir un desperfecto técnico en uno de sus motores, lo que provocó que se incendiara y que el interior de la aeronave se llenase de humo.
Aún con la cabina humeando y casi sin la posibilidad de divisar bien lo que sucedía alrededor, el personal de la aerolínea británica trató de mantener la calma de los pasajeros que estaban siendo movilizados por el terror que los invadía y procedió a realizar el aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manisses. Ya en tierra firme, se abrieron las puertas laterales y los pasajeros lograron salir por las rampas que han dispuesto los bomberos y el personal del lugar.
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El incidente tuvo un saldo de 19 heridos leves, tres de ellos por intoxicación por humo, que fueron trasladados a un hospital. El resto ha sido atendido en el propio aeropuerto por causas como rozaduras o crisis de ansiedad. La posibilidad de sufrir un accidente en un avión es mínima: de 1 entre 2,4 millones de vuelos. Esto fue un “susto con suerte”.