Jordan Adlard Rogers tiene 31 años y su vida cambió de un momento al otro. Ahora este joven enfermero heredó un castillo valuado en más de 63 millones de dólares tras someterse a una prueba de ADN, en la que se confirmó que es hijo de un multimillonario lord inglés.
Desde los ocho años sospechó que su padre era Charles Rogers, un aristócrata inglés que falleció a los 62 años de edad por una sobredosis de drogas. Según recoge el diario The Mirror de Reino Unido, Jordan le mandó cartas en múltiples ocasiones para que pudiera reconocerlo como su hijo legítimo.
“Cuando yo tenía 18 años lo llamé y le pregunté si podía hacerme la prueba de ADN y él me dijo que lo hiciera, pero los abogados se negaron. Le escribí varias cartas pero nunca recibí una respuesta, entonces hace tres años me puse en contacto con su abogado, Philip Care”, contó Rogers hijo al diario británico The Independent.
La policía de Reino Unido detalló que semanas antes de su muerte vieron al lord Charles Rogers descuidado y desnutrido. Ya no pasaba las noches en su mansión, sino dentro de su auto.
“La gente dice que tengo suerte, pero cambiaría cualquier cosa por volver el tiempo atrás y que mi papá sepa que yo era su hijo. Tal vez entonces él podría haber tomado un camino diferente”, dijo el joven.
Como la madre y el hermano de su padre también fallecieron, Jordan Adlard Rogers quedó como único heredero de la finca de 1536 acres valuada en 50 millones de libras, ubicada entre las localidades de Helston y Porthleven.
Jordan reconoce que ya no necesita trabajar y es por eso que se encargará de realizar acciones de beneficencia dirigidas a las personas que más lo necesiten.