Para el economista y diputado Luciano Laspina es probable que la inflación en la Argentina termine este año cerca del 80%. En una entrevista a Modo Fontevecchia, el referente de Juntos por el Cambio, señaló que en el marco de las discusiones que se vienen dando en la aceleración de los impuestos y monotributos por el tema inflacionario, también se debe tocar el tema de las jubilaciones, es por eso que exige que el incremento de este beneficio se actualice cada mes y no cada tres o seis meses como se viene dando hasta ahora.
“La inflación tuvo un pico del 115% por marzo, cuando todavía la guerra de Ucrania estaba en las últimas semanas”, señaló, aclarando que si la cifra del 6,7 % se hubiera mantenido en el resto de los meses del 2022, cerraríamos el año con dicha inflación de tres cifras, número que se podría observar a partir del 2023. “Si vos mirás lo que va de año la tasa de inflación anualizada ronda el 80%. En estos meses ha ido bajando porque siempre el proceso de inflación es tenue y de aceleración, porque cuando vos ves la tendencia en general, no hay nada que se haya modificado respecto a las razones fundamentales de la tasa de inflación, que no son para nada las que argumentó ayer en su discurso Cristina Fernández de Kirchner“, indicó Laspina.
En este sentido, Laspina, aseguró que la emisión monetaria también se ha acelerado de manera directa e indirecta en términos nominales, enfatizando que las expectativas de inflación se incrementan por un plan económico que “no da pie con bola”. “Evidentemente la inflación está entrando en una etapa de aceleración que tiene que ver también porque el gobierno enfrenta hacia adelante una gran cantidad de vencimiento de deuda que necesita renovar. El gobierno de cada 100 pesos que vende necesita colocar 120 pesos para poder financiar el déficit fiscal, sin emisión monetaria”, explicó.
No obstante, Laspina, afirmó que tras las últimas licitaciones que han tenido problemas y la tasa de interés que ha comenzado a subir, el gobierno deberá financiar una parte del déficit fiscal y el vencimiento de deuda con más emisión y más brecha cambiaria, trayendo como impacto más devaluación, que a la larga se convierte en inflación.