Dadas las complejas y muchas veces agresivas políticas migratorias de Estados Unidos, muchos pobladores de diversas localidades de centroamerica comenzaron a elegir a México como su país destino.
En los últimos días una multitudinaria caravana comenzó a avanzar hacia la capital con la esperanza de poder ser regularizados.
Muchos de ellos, mayormente niños y mujeres embarazadas, presentan un estado de salud muy precario.
“Avanzamos lento porque no podemos arriesgar la vida de tantas personas que han estado excarceladas por meses”, anunció uno de los migrantes en movimiento.
Los grupos anunciaron que sus objetivos son muy claros: un pedido por libertad, trabajo y justicia.
El Instituto Nacional de Migración ofreció tarjetas humanitarias a unas 1500 personas en situaciones vulnerables, pero los representantes de la carabana los rechazaron.
Los activistas denunciaron que con esa medida las autoridades solo tienen la intención de dispersar las marchas mediante este bono transitorio, pero que se trata de un pedido mucho más profundo.