Desde el Ministerio de Salud de la Nación hicieron nuevos anuncios sobre la ampliación de la puesta en marcha de los certificados digitales de vacunación: los pertenecientes a aquellos niños y niñas que ya fueron inoculados contra el Coronavirus, se incluirán en la aplicación ‘Mi Argentina’ de los padres y madres. Además, informaron que servirá como documento internacional para acreditar la inmunización contra el Covid-19.
Las medidas fueron confirmadas por el subsecretario de Estrategias Sanitarias de la Nación, Juan Manuel Castelli, quien explicó que “las dosis de los menores se incluirán en la aplicación de los padres” o tutores y, también, adelantó que “se está trabajando en un proceso para incorporar las constancias de quienes se vacunaron en el exterior“.
Por lo tanto, la credencial de los menores de edad que fueron vacunados por integrar el grupo de personas con comorbilidades, se ingresará en ese soporte o carnet digital, que está disponible en español y en idioma inglés. Asimismo, desde el organismo público solicitaron que los países envíen sus modelos de certificado para verificar la documentación de las personas que deseen ingresar al territorio argentino.
Funcionará como acreditación internacional
En las disposiciones anunciadas el lunes, ‘Mi Argentina’ tendrá validez como documento oficial de acreditación internacional de la aplicación de la vacuna contra el coronavirus. “La aplicación lleva algunos años desarrollada y tiene documentación exclusiva del ciudadano, como el DNI y la licencia de conducir y ahora también la credencial de vacunación“, dijo Castelli en comunicación con radio ‘Continental’.
La credencial ya está disponible en la aplicación para todas aquellas personas que se hayan vacunado, ya que se genera a partir de los datos cargados en el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac). En caso de que no aparezca el certificado de forma automática, “hay que consultar en la jurisdicción en donde se aplicó la dosis”, informó el funcionario.
El subsecretario señaló que este desarrollo se enmarca en “la lógica de que cada país tenga una credencial que certifique cómo y de qué manera se ha vacunado” y de esta forma permitir al país receptor “tener algo válido y ágil que constate la vacunación”.