Este lunes, murió Lil Bub, la gatita que se transformó en influencer por sus “defectos” físicos y la crueldad de su enfermedad: una infección en los huesos.
Mike Bridavsky la encontró en la calle y la adoptó el 21 de junio de 2011, en Bloomington, Indiana, cuando la felina tenía pocos días de vida. Enseguida la compartió en las redes sociales y llamó la atención por su aspecto. A los pocos meses, le detectaron enanismo, con lo que sus patas eran más cortas de lo que debían. Una infección en los huesos hizo que sus últimos años fueran a puro tratamiento y malformaciones óseas que comenzaron a notarse con el paso del tiempo.
A Lil le faltaban algunos dientes y por eso su lengüita estaba siempre afuera, lo que enterneció a los usuarios que la seguían: más de 836 mil en Twitter y 2.4 millones en Instagram.
El delicado estado de salud de la gatita, hizo que Mike la pusiera a disposición de los médicos y veterinarios para realizar estudios e investigaciones genéticas y biológicas que ayudarán a los animales en situaciones similares.
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